23/12/08

El espíritu de la Navidad


"Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo". "El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán". Jesús




Comunión con Cristo. El sentido de la Navidad:

Tras observar que las celebraciones del nacimiento de Cristo en Occidente van acompañadas de un estado de conciencia extrovertido y festivo, que a menudo carece de un verdadero sentimiento profundo de espiritualidad, Paramahansa Yogananda inició en 1931, la costumbre de mantener la observancia espiritual genuina de la Navidad, mediante un oficio de meditación de todo el día, antes de las festividades sociales del 25 de Diciembre. Dichos momentos son particularmente auspiciosos, ya que fluyen bendiciones especiales del Maestro hacia los corazones receptivos.

Durante estas prolongadas meditaciones dirigidas por Paramahansaji, él solía entrar en estado de samadhi, o comunicación extática con Dios y los Grandes Maestros. A veces hablaba con Dios en voz alta, ofreciendo a todos los presentes un atisbo del Amor Divino. Podemos compartir con los asistentes a aquellas meditaciones la inspiración que se derrama de un corazón inflamado de amor por Dios y por la humanidad. En los momentos íntimos de su prolongada comunión con Dios, experimentó la Infinita Conciencia Crística y contempló también al Cristo Infinito en la amada forma de Jesús:

“Haz hoy todo el esfuerzo posible con el fin de persuadir a Dios y a Jesús para que entren en el oculto y silencioso templo de tu corazón. Deja de lado toda inquietud y todo pensamiento ocioso, di adiós a la impaciencia y sumérgete en el Infinito. El descanso que proviene de la meditación profunda es mayor que el que proporciona el sueño. En nuestra meditación de hoy, debemos aproximarnos conscientemente a Cristo, debemos sentir su presencia, ¡debemos verle! No te satisfagas con nada menos.”

“Padre Celestial, oramos con todo nuestro corazón para que nos concedas, en este día, la visión de Cristo en forma y en Espíritu.”

“Permite que la gloria del Cristo Universal descienda sobre nosotros. Que sintamos esa presencia inundando nuestros corazones, fluyendo por nuestras mentes, nuestras manos y pies. ¡Oh, Luz Eterna!, que contemplemos al Cristo Infinito dentro y fuera. Celebramos la presencia de ese Cristo en Espíritu, y oramos para que cada día sea una Navidad de regocijo divino. Om, Paz, Amén.”


Fragmento del capítulo Divina Comunión con Dios y Cristo, en “El Amante Cósmico”, Paramahansa Yogananda.

1 comentario:

Acuarius dijo...

gracias por tu compartir...amigo.