27/7/10

Mente vs.corazón

Creer o pensar que sentimos y pretender analizar los sentimientos es la actividad propia de una mente mecánica que no puede salir y elevarse por sobre el plano de las emociones, los juicios y las comparaciones.


Sostenemos la tendencia generalizada, tan errónea como arraigada, de considerar a las emociones como sentimientos y distinguirlas como separadas e irreconciliables con la actividad mental, y así diferenciamos y etiquetamos a las personas y sus actitudes como emocionales o mentales. Asignaciones que suelen ser re-conocidas, aceptadas y asumidas con cierto orgullo de pertenencia. Es significativo ver como las personas se encolumnan tan fácilmente en forma extrema y excluyente detrás de una u otra tipología.

Desde el enfoque energético, sutil o espiritual, tanto las emociones como los pensamientos racionales son dos aspectos, dos formas de expresión que tienen el mismo origen y se nutren de la misma fuente de energía: la mente analítica, que divide y separa, desmenuza, racionaliza, compara, opina, enjuicia, y que se encuentra bajo la órbita del tercer chacra, el plexo solar o Manipura, y es también donde se asienta la personalidad humana (la máscara).

Así, decir que alguien es muy emocional es también una forma de decir, implícitamente, que es muy mental, las emociones no son otra cosa más que la manifestación de un aspecto de la mente analítica. Aquí no estaría de mas aclarar que la mente no es ni reside en el cerebro, esta en todas partes, pues hasta las células tienen mente.

Es in-sostenible pretender que sea mejor ser más mental que emocional o viceversa, parecería como muy sencillo y evidente pero sin embargo en los hechos nunca lo es tanto, comprender que para llevar una vida equilibrada, coherente y ordenada hay que armonizar las dos fuerzas.

Conductas y respuestas emocionales-mentales son siempre re-acciones frente a algún estímulo, y, ya sean positivas o negativas nunca es bueno negarlas o ignorarlas: la ira, la in-tolerancia, el odio, el re-sentimiento, etc., no canalizadas y guardadas por mucho tiempo terminan provocando enfermedades en la zona de influencia del plexo solar: problemas en el hígado, vesícula, estómago, etc. La palabra emoción viene de pathos. Entre los aspectos positivos de este centro de energía podemos destacar la auto-estima, la claridad mental y la salud psíco-física.

Otra cosa son los verdaderos sentimientos, asociados al Principio Superior, que surgen del corazón que se encuentra bajo la influencia del cuarto chacra o Anahata, y que  no son una respuesta a estímulos exteriores. Como ejemplos podemos citar el amor y la compasión incondicionales, la calidez,  la generosidad, la ecuanimidad. El corazón representa metafisicamente el centro integral del ser.

Una característica del chacra del corazón es que por su ubicación funciona como puente que puede unir y armonizar los aspectos más densos (los chacras inferiores) con los aspectos más sutiles o espirituales (chacras superiores). Un equilibrio tan importante como aparentemente tan lejano para una gran mayoría.

Cuando se habla, tan frecuentemente, de la dualidad amor-odio como dos caras de una misma moneda, se considera al amor como condicional, como una emoción más, al mismo nivel que el odio. Pero en el corazón no existe la posibilidad del odio, ni del análisis, el corazón no juzga; un des-fasaje del centro energético que lo armoniza y regula produce temor y sentimiento de soledad entre otras cosas, ante la ausencia manifiesta del amor que une y da confianza.

Desde la más remota espiritualidad las tradiciones y los maestros consideran que desde el centro de amor en el corazón del hombre, y no desde la mente, se puede llegar a Dios y experimentar la unidad con todos los seres, con la naturaleza, con la Tierra y el Universo.