21/1/09

La práctica de los principios éticos y las virtudes




"La fragancia de la virtud puede olerse incluso con el viento en contra."


El desarrollo positivo de las virtudes y principios éticos:

Los principios éticos presentan dos aspectos: la evitación y la realización positiva.
Primero hay que abstenerse de las cualidades negativas opuestas (la evitación), abandonando lo perjudicial. Es el primer fundamento: antes de plantar las semillas, hay que quitar las malas hierbas y nutrir el suelo.

Las virtudes positivas no pueden ser prescriptas mediante reglas; solo los ideales de aspiración pueden desarrollarse en nuestro interior. Las actitudes internas no pueden determinarse por decretos, en este sentido, los principios éticos no son equivalentes a un conjunto de normas estrictas a seguir. Las normas son hitos que ayudan y favorecen el desarrollo de la virtud interior.

El amor y la compasión, por ejemplo, son fruto del trabajo interno, y no del asentimiento a un precepto. Solo la repetición, con comprensión y determinación, puede lograr la auto-transformación de nuestras conductas.

La práctica ética o ascesis, es la base para la meditación, es la base para la abnegación y la renuncia para elevar la conciencia y para lograr finalmente la auto-disciplina.

La recta comprensión y el esfuerzo como voluntad de renuncia a los apegos, la avidez, el egoísmo, nos darán ánimo para transitar la vida espiritual, para no temer comprometernos ética-mente a pesar de lo que piensen los demás. Animo para ser generosos con nuestro tiempo, recursos y energía, ánimo para expresar nuestros sentimientos de fe y devoción.

Mettá, La práctica del amor universal.


El desarrollo de la fe, una virtud interior:

“Haz cumplido con tu deber, eres un siervo inútil". Jesús.

“No basta que deis a los que os pueden devolver. Los peajeros hacen lo mismo. Ofreced a aquellos que no pueden corresponderos". Jesús



Existe una gran diferencia entre la comprensibilidad de un pensamiento y la fuerza que nos inunda como un torrente de vida. Cristo aportó al mundo la Substancia del Amor, y no solamente la sabiduría del amor, dándose, vertiéndose por entero en la humanidad.

De ahí proviene la índole de la fe que Cristo reclama a los suyos. La fe, en el sentido del Nuevo Testamento, no significa una adhesión y una sumisión ciega de la inteligencia a dogmas abstractos e inmutables, sino una convicción del alma, y una plenitud de amor capaces de desbordar de un alma para verterse en otra. Es una perfección que se comunica.


La compasión:

¿Qué es la compasión? No la definición de ella que uno puede buscar en el diccionario. ¿Qué relación hay entre el amor y la compasión? ¿O son el mismo movimiento? Cuando usamos la palabra relación, ésta implica una dualidad, una separación, pero lo que preguntamos es qué lugar ocupa el amor en la compasión. ¿O el amor es la expresión más elevada de la compasión?

Cuando uno comprende la naturaleza del amor, cuando uno tiene esa cualidad de la mente en el corazón, eso es inteligencia.La inteligencia es la comprensión de lo que es el amor. La inteligencia no tiene absolutamente nada que ver con el pensamiento, con el ingenio, con el conocimiento.

Uno puede ser muy hábil en sus estudios, en su trabajo, puede ser capaz de argumentar con mucho ingenio y raciocinio, pero eso no es inteligencia. La inteligencia va junto con el amor y la compasión; y uno, como individuo separado, no puede dar con esa inteligencia. La compasión no es de ustedes ni mía, tal como el pensamiento no es de ustedes ni mío.

Cuando hay inteligencia, no existen el "yo" y el "tú". Y la inteligencia no reside en nuestro corazón o en nuestra mente. Esa inteligencia, que es suprema, esta en todas partes. Es ella la que mueve la Tierra, los cielos y las estrellas, porque esa inteligencia es compasión.

"La mente que no mide"; Jiddu Krishnamurti.

Poder material vs. Autoridad moral:

El poder es material, la autoridad es moral.
El poder se consigue, la autoridad se gana.
El poder se ostenta, la autoridad se siente y se ejerce.
El poder actúa por temor, la autoridad se ejerce con amor.
El poder es envase sin contenido, la autoridad es contenido que no necesita envase.
El poder se vale del egoísmo, interés, incapacidad, fraude y fuerza;
la autoridad se fortalece con la bondad, el desinterés, la capacidad y el sacrificio.
El poder se impone con la presión, la autoridad persuade con la razón.
El poder tiene límites materiales, la autoridad tiene límites morales.
El poder es carcelero, la autoridad es guardiana.
El poder da privilegios a unos pocos y sacrifica a muchos;
la autoridad da beneficios a muchos y solamente limita a los pocos.
El poder se soporta y aguanta, la autoridad se comprende y acepta.

"El poder destruye porque puede, la autoridad construye porque debe."

El poder es ley sin derecho, la autoridad da derechos que aseguran la ley.
El poder reina con la fuerza y la injusticia, la autoridad gobierna con la razón y la justicia.
El poder se asienta en la fuerza y se disfraza de autoridad;
la autoridad se asienta en la responsabilidad y ejerce el poder.
El poder embriaga, la autoridad consagra.
Si el poder manda y ordena, la autoridad orienta y dirige.
Los pueblos encuentran su seguridad y bienestar en los hombres
con autoridad y no con poder.

El poder se puede lograr de diversas y tramposas formas,
pero la autoridad solo se gana con sabiduría, amor y compasión.

La alegría de dar:

  "A menos que te des a ti mismo, no das nada. A menos que des amor no sabes qué significa dar."

"La palabra guía, el ejemplo conduce, pero solo el darse transforma". Santiago Bovicio.

La mayor experiencia de la vida es dar sin condiciones, sin esperar nada a cambio, ni siquiera un gracias. El amor verdadero siente agradecimiento por la persona que ha aceptado tu amor.
 
Comunión con los principios universales:

Donde haya odio, siembra amor;
donde haya ofensa, perdón;
donde haya duda, fe;
donde haya desaliento, esperanza;
donde haya oscuridad, luz;
donde haya tristeza, alegría.
No busques con afán de ser consolado, sino consolar;
ser comprendido, sino comprender;
ser amado, sino amar.

“Comunión con Dios", Neale D. Walsch

Mettá, la práctica del amor universal:

La palabra pali mettà es un término de múltiples significados como amor benevolente, amigabilidad, buena voluntad, benevolencia, compañerismo, amistad, concordia, inocuidad y no-violencia. Los comentaristas Pali definen mettà como un fuerte deseo por el bienestar y la felicidad de los otros (parahita-parasukha-kàmanà). Esencialmente mettà es una actitud altruista de amor y amigabilidad a diferencia de la mera amabilidad basada en el propio interés. A través de mettà uno deja de ser ofensivo y renuncia a todo tipo de rencor, resentimiento y animosidad, desarrollando, en cambio, una mente amistosa, servicial y benevolente que busca el bienestar y la felicidad de los demás. El verdadero mettà carece de interés personal. Evoca un afectuoso sentimiento de compañerismo, simpatía y amor, que con la práctica crece sin límites y supera toda barrera social, religiosa, racial, política y económica. Mettà es, en efecto, amor universal, desinteresado y todo-abarcador.

Mettà nos convierte en una fuente pura de bienestar y seguridad para los demás. Igual que una madre da su propia vida para proteger a su hijo, así mettà sólo da y nunca desea nada a cambio. Promover el propio interés de uno es una motivación primordial de la naturaleza humana. Cuando este anhelo es transformado en el deseo de promover el interés y la felicidad de los otros, no sólo es un anhelo básico de búsqueda personal de superación, sino que la mente se vuelve universal por haber identificado su propio interés con el interés de todos. Al producir este cambio uno también promueve su propio bienestar en la mejor manera posible.

Mettà es la actitud protectora e inmensamente paciente de una madre que sortea todas las dificultades por su hijo y siempre lo ampara a pesar de su mal comportamiento. Mettà es también la actitud de un amigo que quiere darnos lo mejor para favorecer nuestro bienestar. Si estas cualidades de mettà son cultivadas adecuadamente mediante mettà-bhàvanà —la meditación del amor universal— el resultado es la adquisición de un tremendo poder interior que preserva, protege y sana tanto a uno mismo como a los demás.

Aparte de sus elevadas connotaciones, hoy mettà es una necesidad pragmática. En un mundo amenazado por todo tipo de destructividad, mettà en acto, palabra y pensamiento es el único medio constructivo para traer concordia, paz y mutuo entendimiento. En efecto, mettà es el medio supremo, puesto que constituye el principio fundamental de toda religión, como así también la base para toda actividad benevolente destinada a promover el bienestar humano.

“Considerado como un recurso inexorable” (bahulikata) enfatiza la práctica repetida de mettà durante todas las horas en que uno está despierto, en acción, palabra y pensamiento, manteniendo la consciencia de mettà todo el tiempo. Acción repetida significa generación de poder. Los cinco poderes espirituales, a saber, fe, energía, atención, concentración y sabiduría, son ejercitados y cultivados por la práctica repetida de mettà. “Usado como vehículo propio” (yànikata) significa un “compromiso total” con el ideal de mettà como el único método válido para la solución de los problemas interpersonales y como un instrumento para el crecimiento espiritual. Cuando mettà es la única “modalidad de comunicación”, el único vehículo, la vida automáticamente se convierte en una “morada divina” como se menciona en el Mettà Sutta.

Mettà también es llamado paritta —una fórmula espiritual capaz de salvaguardar nuestro bienestar, protegernos contra todo peligro y rescatarnos de la desgracia y el infortunio. Objetivamente, mettà, como fuerza del pensamiento, es capaz de influir en cualquier mente en cualquier lugar, desarrollada o no-desarrollada. La irradiación de mettà puede no sólo calmar a una persona o remover los dardos del odio de su interior, sino que, en algunos casos, puede incluso curarla de una severa enfermedad. Es una experiencia común en los países buddhistas ver cómo la gente es curada de todo tipo de enfermedades y liberada del infortunio mediante la recitación del paritta. De modo que mettà es verdadero poder de sanación. En este sentido mettà actúa como paritta, una fórmula de sanación que proporciona protección.

Acharya Boddharakkhita, "Filosofia y práctica del amor universal".