Cuando la
percepción de lo material predomina sobre todos los aspectos de nuestra vida,
estamos desequilibrados, la base de esta forma de ver es la ignorancia y la
in-consciencia, y llegar a desarrollar estados de conciencia cada vez más
estables y profundos y al mismo tiempo ir superando la ignorancia, es
precisamente el objeto básico de la meditación. Despertar y elevar la
conciencia es también ampliar la percepción y la comprensión de todas las
cosas.
Por otro lado,
si meditando nos enfocamos exclusivamente en desarrollar una conciencia muy
espiritual, por ejemplo invocando una deidad, también estaríamos
des-armonizados si esto sucede cuando empezamos a vislumbrar las bondades y la
pureza del mundo espiritual y de
alguna manera nos encandilamos con la idea de alcanzar cada vez niveles más
elevados de espiritualidad, olvidando los aspectos materiales, mundanos.
Es
entonces cuando buscando la perfección,
podemos llegar a creer y afirmar: No hay que preocuparse por las cosas
materiales: “¡Dios proveerá!”.
Pero no es lo
mismo comprender y tomar conciencia de la im-permanencia, el egoísmo, la
ilusión y el sufrimiento de las cosas del mundo, y por lo tanto no apegarse a
ellas, que pretender ignorarlas viviendo en una nube espiritual.
Se puede llevar una vida muy espiritual, pero esto también incluye poder ser auto-suficiente, alimentarse y cuidarse mínimamente, desarrollar una buena formación moral, cultural y ecológica, de respeto por la vida, ser responsable y ordenado y saber responder a las obligaciones contraídas, entre muchas otras cosas mundanales.
Se puede llevar una vida muy espiritual, pero esto también incluye poder ser auto-suficiente, alimentarse y cuidarse mínimamente, desarrollar una buena formación moral, cultural y ecológica, de respeto por la vida, ser responsable y ordenado y saber responder a las obligaciones contraídas, entre muchas otras cosas mundanales.
Llegados a un
cierto desarrollo integral, a un nivel de conciencia elevado y de coherencia
entre lo que se cree, se dice y se hace, muchas cosas se nos darán por añadidura, como dicen los
Evangelios, o simplemente porque con nuestra conducta expresamos claramente y
con la más íntima convicción, cómo somos y lo que queremos en la vida. Y el
Universo siempre responde, y entonces una puerta siempre se abrirá y nuevas
oportunidades se presentarán.
"Enseñar
sin hablar, conseguir sin querer: es algo muy raro en la sociedad", Lao
Tsé.
En todo caso,
meditar para abrirse y facilitar la penetración y manifestación de la
influencia espiritual en uno es muy beneficioso y favorece mucho el equilibrio
material-espiritual. De otra manera podríamos pasar mucho tiempo, toda la vida
quizás, tratando de superar la ignorancia y la limitación de una forma de ver
enfocada y apegada a lo material.
"Cuando se
coloca un cristal sobre un chacra para activarlo, para la visión clarividente
el chacra se agranda, gira con más rapidez y tiene más energía.El cristal no
sólo activa el chacra en el que fue colocado, sino que también activa los otros
chacras, especialmente los inferiores que se agrandan y activan más."
(Curación Pránica con Cristales, Choa Kok Sui.)
La respiración y
la meditación son dos métodos muy idóneos, enseñados y practicados desde la más
remota antigüedad, para detener y controlar la mente y los pensamientos
erráticos que producen un ruido de fondo incontrolable, trabajar con estas
técnicas y llegar a integrarlas es algo muy beneficioso para nuestra salud
física, mental, emocional y espiritual.
Es muy conocido
el efecto tranquilizante de la respiración profunda, por ejemplo frente a una
situación de stress o de pánico.
Al practicar la
meditación, el problema más común que surge para todos es precisamente el de no
poder controlar los pensamientos incesantes que nos perturban y nos sacan de
nuestro estado meditativo. Sería un error intentar detenerlos a través de la
mente, porque es precisamente la mente mecánica quien los origina, hay que
simplemente dejarlos ir, algo que es fácil de comprender, pero no tan fácil de
realizar.
Otra forma, que dependiendo de las características de cada uno, puede
ser más adecuada, o no, es dejar fluir los pensamientos que aparecen, pero de
una manera controlada, y seguirlos hasta que se desvanezcan.
Dentro del mundo
mágico de los cristales, la turmalina negra es indicada para aquellos que no
pueden controlar sus pensamientos, protege de lo externo, pero también de uno
mismo. La amatista es un tranquilizante natural, su serenidad potencia los
estados elevados de conciencia y la meditación. Se puede meditar enfocándonos
en una piedra, y mucho mejor si hay mutua simpatía, y entonces ella nos contará
de su sabiduría.
Meditación en la
respiración:
Buscar un lugar
tranquilo y sentarse en posición cómoda manteniendo la espalda bien erguida, la
cabeza inclinada hacia delante a no más de 45 grados del cuerpo, los ojos
entre-abiertos mirando fijamente la punta de la naríz.
Las manos
relajadas, la derecha abierta y apoyada sobre la palma de la izquierda, las
yemas de los pulgares tocándose (Mudra), para las mujeres las manos van al
revés.
Hacer una
inspiración profunda pero relajada,
inspirar y espirar hasta llegar a contar veintiuno con cada respiración
completa. Si se pierde la cuenta, hay que volver a empezar de uno, repetir las
veces que se quiera.