Según el punto de vista bien pueden parecer términos diferentes y hasta opuestos pero en un
sentido son sinónimos, entre las definiciones de esperanza están la confianza,
la creencia y también la ilusión y ésta última a su vez se define como ficción,
quimera, engaño pero además como confianza y esperanza.
Es muy sutil la diferencia y muy fácil de confundir
una con otra. Ambas aluden al hecho de esperar algo, transmitir esperanza o
esperanzar es dar ánimo, aliento, confortar
y siempre se proyecta hacia el porvenir. La ilusión se puede dar en el
presente, aunque al visionario suele tildárselo de iluso, en general éste es un
tipo cautivado, embaucado y alucinado por las apariencias engañosas..
Lo ilusorio es lo
que nosotros percibimos como real, pero es in-existente. Cuando la esperanza es
abstracta o vaga, es decir no tiene un fundamento sólido o cierto que la
sostenga es falsa, y fácilmente se convierte en ilusión-delirio. Tomar una decisión no implica necesariamente llevarla a la practica, puede permanecer indefinidamente como un deseo o una fantasía, es decir como esperanza o ilusión.
En el lenguaje diario usamos la palabra esperanza para expresar buenos deseos en
el sentido de aguardar que algo bueno o
beneficioso, por lo común para uno y los más allegados, los hijos, los nietos,
etc., ocurrirá en un futuro indeterminado y por medios exteriores.
En este sentido esperar indica a priori una actitud
pasiva y preñada de expectativas, algo o alguien, un líder o un salvador nos va
a proveer lo que tanto anhelamos y creemos merecer, ya sea la felicidad, la paz, la salud o una mejor situación
económica, y en el aspecto religioso por qué no una revelación o la misma Iluminación. Así, algunos esperan vivos y otros de cualquier manera.
Así se haga con alegría y por el placer de hacerlo, trabajar
en algo implica obtener un resultado, es
importante saber esperar y tolerar pero cuando la paciencia se convierte en
resignación no se vive, ni se acepta, el presente y todo se proyecta y posterga hacia el futuro y las esperadas condiciones ideales.
Si se trata de confianza y creencia primero hay que tener
fe en uno mismo. No hay una sola manera de interpretar la fe y una de ellas es voluntad. Así en lugar de esperar eternamente, conocerse a sí mismo y
trabajar con esfuerzo y entusiasmo para
crecer en sabiduría, es crear y hacerse dueño del
propio destino, el mejor ejemplo y la actitud
pro-activa que trasciende la esperanza y la ilusión.