24/3/12

La otra historia (quien quiera oír que oiga)




Ninguno de nuestros pensamientos o acciones jamás se pierden; son preservados en un profundo nivel de la conciencia conocido como alaya relativa. La palabra alaya significa almacén o granero, y guarda las semillas que finalmente determinan una conciencia común, zonal o planetaria que en términos de vibración-energía, alcanzado un punto extremo de densidad o masa critica se convierte en fenómeno físico.

Siguiendo las apariencias del mundo parece que continua ganando la visión de que solo se trata de vivir, de salvarse como sea, de hacer la mía, es la historia que se nos presenta a la percepción ordinaria, y por cierto que la lucha por sobre-vivir frente a la negación, el olvido y la lógica de la explotación racional del hombre  y la naturaleza es una realidad para buena parte de esta humanidad.

El concepto de un crecimiento económico ilimitado puede ser lógico, sin embargo la física moderna demostró que un sistema puede crecer solo hasta cierto límite, más allá del cual se auto-destruye y a la vez a los sistemas vecinos. La lógica aristotélica, analítica, lineal,  origen de nuestra forma de vida  occidental y de los problemas que nos aquejan no es la única lógica posible ni la mejor.

Ya pasada la mitad de los ciclos evolutivos de la humanidad, no sería desmesurado afirmar que el camino de la ilusión del ego es el camino de la redención humana.

Pero hay otra historia, distinta, otra lógica real y verdadera como los hallazgos de la física cuántica que casualmente coinciden con los principios de la sabiduría espiritual más antigua, por ejemplo la inter-dependencia de todas las cosas, seres y fenómenos donde es posible que el efecto se convierta en causa y el futuro guíe el pasado. Otra forma de ver, sentir y comprender, holística, circular, que se puede expresar en la vida  diaria llevando la mente al corazón y uniendo la sabiduría con la compasión.

Algo nuestro hay en los otros, prueba a vivenciarlo, no es difícil ni es pecado: toma la mano de  tu semejante, cuanto menos conocido mejor,  desde el corazón, en el centro de las palmas tenemos una ramificación del chacra del corazón, míralo a los ojos hasta sentir  amor y compasión, y te verás re-flejado en ellos, no hay separación entre tu y yo.

Ama al universo desde el centro de tu corazón y un día podrás sentir que él te abraza, te contiene y también te ama. Todo en el cosmos es vibración y por lo tanto movimiento y tonos: los planetas, los minerales, las plantas, los animales y el hombre... danza junto al fuego que danza:

“Danza a la luz de la luna sobre tu casa, la hierba, la arena y el mar, danza sobre el dolor y todas tus heridas que la danza las consumirá; si pudieras danzar sobre el aire también las estrellas podrían abrazarte porque solo no estás. Danza junto a la vida que danza, junto a todo lo que falta si no se puede hacer más... danza es caricia, es pudor, no es odio es amor, es aprender a volar.” (Fragmento de "Danza", Marilina Ross)

14/3/12

La negación II


“La Luz brilla en las tinieblas, pero las tinieblas no la recibieron” (Evangelio de San Juan)


Es un rasgo de conducta por lo menos significativo, y bastante común para quien pueda percibirlo, no ya la actitud de negar hechos contundentes o bien ni siquiera conocidos, sino de cambiarlos, adaptarlos, para que encajen en la  estructura de pensamiento o realidad propia o ajena y que se da tanto en el hombre común como en el científico académico.

Negar o distorsionar algo es una manera de rechazar lo que de otra manera seria in-soportable, pero también implica una actitud de impedir el desarrollo de otros puntos de vista necesarios para poder llegar a una visión equidistante, creativa y más elevada.

Si bien vivimos en un mundo de dualidades y por lo tanto todo es variable; en nuestro tiempo todo parece ser etiquetado como relativo pero en un sentido de des-calificación, con tendencia a la des-consideración y cuando no al des-precio y la negación por la percepción ajena.

Toda relatividad puede ser fundamentada mediante la racionalización, para ser finalmente justificada o negada. Incluso los principios espirituales tradicionales son cuestionados, pero una cosa son  los principios mismos y su práctica consciente y otra muy distinta el opinar sobre ellos o interpretarlos caprichosamente.

Se considera que el pensamiento hace uso de la razón y la inteligencia, pero ¿cómo y para qué? Podemos citar como ejemplos al científico o al médico que crean nuevos métodos, menos cruentos, para enfrentar la enfermedad y aliviar el dolor, o al gran escritor; pero es evidente que también para realizar un gran acto de corrupción es necesario pensarlo muy bien y hay quienes manejan a la perfección su inteligencia para mentir y/o alcanzar fines egoístas.

Pensar es opinar, creer, juzgar, imaginar, soñar y también proyectar en los demás. Y entonces, ¿Cuál es, dónde está la realidad? Se la define como sinónimo de la objetividad y la verdad, tal vez sería más apropiado designarla como la misma existencia. Sin embargo la física cuántica ya demostró que la tan preciada objetividad no existe, es una falacia; y en términos de pensamientos humanos precisamente no hay verdades absolutas. Lo absoluto esta en un plano superior a lo físico-humano.

Así hay quienes sostienen que no tendría sentido buscar la verdad porque en definitiva no existe, solo sería filosofía pura, dogma o teoría, pero ¿qué verdad? Por cierto que si se trata de verdades humanas, parciales, seria un trabajo que a pesar de su valor creativo y buena intención, solo llevaría a nuevas verdades  relativas o distintas formas de verlas. Por otra parte el hombre no habría avanzado nada si no se hubiera hecho permanentemente preguntas.

La única forma de salir de este laberinto es empezar a aceptar, comprender con la mente y el corazón, y ejercitar en la vida diaria, no solo en el templo y en el discurso, la sabiduría de las verdades espirituales, porque solo ellas pueden trascender la ignorancia y todas las limitaciones del ego para re-solver los problemas de la contingencia humana. No en vano Cristo decía “Yo soy la verdad y la vida”, “Quien tenga oídos para oír que oiga”.

7/3/12

Con las alas del alma



  
Con las alas del alma
desplegadas al viento
desentraño la esencia
de mi propia existencia,
sin desfallecimiento.

Y me digo que puedo...
como en una constante,
y muero de miedo
pero sigo adelante,
porque aprecio la vida
en su justa medida.

Al amor lo re-invento
y al vivir cada instante...
y al gozar cada intento...

Sé que alcanzo lo grande
con las alas del alma
desplegadas al viento.

Atesoro lo humano
cuando tiendo la mano
a favor del re-encuentro,
por la cosa más pura
con la cual me alimento
con mi pan de ternura...

Con las alas del alma
desplegadas al viento
ante cada noticia, de estupor...
de injusticia,
me desangro por dentro...
y me duele la gente,
su dolor sus heridas,
porque así solamente
interpreto la vida.

Más allá de la historia,
de la vida sin gloria,
sin honor, ni sustento,
guardaré del que escribe
su mejor pensamiento.

Quiero amar a quien vive...
con las alas del alma
desplegadas al viento.


Eladia Blázquez


2/3/12

Ser humano



“Cuando el hombre logre comprender, no solamente su propio Yo, sino también el Yo ajeno, cuando comprenda cabalmente a otro ser humano en su esencia íntima, recién entonces pertenecerá al reino humano” Rudolf Steiner


¿Qué significa ser humano? El diccionario define al género humano como el conjunto de los hombres de actitud compasiva y generosa; sinónimo de bondadoso, caritativo, humanitario, filántropo, sensible, etc.; lo contrario de in-humano. Y el término humanar: hacerse hombre el Verbo divino.

En el discurso moral, y/o de conveniencia, se menciona que no se puede alcanzar la felicidad, o la completud, mientras haya otros seres que son in-felices o que tienen necesidades básicas in-satisfechas. Sin embargo son palabras vacías, abstractas, en los hechos se mantiene la íntima convicción, generalizada, de que se puede ser felíz sin que el prójimo lo sea a su vez. Es el discurso sin corazón de nuestros días. En la calle, en la vida diaria, no es difícil ver la desidia de unos contra otros y la tendencia incipiente de todos contra todos.

Para el alma del Hombre Verdadero no hay bienestar anímico posible sin el bienestar de todos los demás.

En nuestra etapa actual en conjunto estamos lejos de conocer, comprender y respetar los misterios y beneficios de la naturaleza, de los otros reinos que nos acompañan: el mineral, el vegetal y el animal. Mediante la tecnología solo aprendimos a explotarlos cada vez más, sin importar las consecuencias que implican la contaminación, la destrucción y extinción de especies.

No sabemos cómo, ni nos interesa demasiado mientras sirvan para comerlos, ni  hasta dónde algunos animales piensan y sienten; pero lo que distingue al ser humano en su evolución de los otros reinos es, en principio, la auto-conciencia y el auto-conocimiento, y como consecuencia la conciencia y el re-conocimiento de la existencia de otros seres sensibles y de otros reinos, con sus características, necesidades y sentimientos propios.

El hombre actual solo ve en el cielo objetos físicos estudiados por una ciencia materialista que analiza y clasifica sustancias y procesos físicos. Lejos se está de espiritualizar el cosmos y ver a planetas y estrellas como seres vivos, igual que nuestra Tierra, dotados de cuerpo y alma.

El desarrollo del hombre como ente o principio in-dividual, desde la conciencia del alma-grupal hasta la del si mismo y el alma in-dividual, no es una contingencia que el hombre prefirió seguir, es parte de un proceso cósmico ya diseñado. El yoísmo exacerbado o egoísmo es una degeneración del mismo.

En su evolución y camino de humanar-se, convertirse en  el Verbo divino, el ser humano en su conjunto debe pasar por numerosas etapas y grados o niveles de consciencia; nos falta recorrer un largo trecho para llegar a ser humanos en su sentido más profundo y literal. El amor que une sin distinciones no se ha despertado aún como característica del reino humano.