“Cuando el
hombre logre comprender, no solamente su propio Yo, sino también el Yo ajeno,
cuando comprenda cabalmente a otro ser humano en su esencia íntima, recién entonces
pertenecerá al reino humano” Rudolf Steiner
¿Qué significa
ser humano? El diccionario define al género humano como el conjunto de los hombres de actitud compasiva y generosa; sinónimo de bondadoso, caritativo,
humanitario, filántropo, sensible, etc.; lo contrario de in-humano. Y el término humanar: hacerse
hombre el Verbo divino.
En el discurso
moral, y/o de conveniencia, se menciona que no se puede alcanzar la felicidad,
o la completud, mientras haya otros seres que son in-felices o que tienen necesidades
básicas in-satisfechas. Sin embargo son palabras vacías, abstractas, en
los hechos se mantiene la íntima convicción, generalizada, de que se puede ser
felíz sin que el prójimo lo sea a su vez. Es el discurso
sin corazón de nuestros días. En la calle, en la vida diaria, no
es difícil ver la desidia de unos contra otros y la tendencia incipiente de
todos contra todos.
Para el alma del Hombre Verdadero no hay bienestar anímico posible sin el
bienestar de todos los demás.
En nuestra etapa
actual en conjunto estamos lejos de conocer, comprender y respetar los
misterios y beneficios de la naturaleza, de los otros reinos que nos acompañan:
el mineral, el vegetal y el animal. Mediante la tecnología solo aprendimos a
explotarlos cada vez más, sin importar las consecuencias que implican
la contaminación, la destrucción y extinción de especies.
No sabemos cómo,
ni nos interesa demasiado mientras sirvan para comerlos, ni hasta dónde
algunos animales piensan y sienten; pero lo que distingue al ser
humano en su evolución de los otros reinos es, en principio, la auto-conciencia
y el auto-conocimiento, y como consecuencia la conciencia y el re-conocimiento
de la existencia de otros seres sensibles y de otros reinos, con sus características,
necesidades y sentimientos propios.
El hombre actual
solo ve en el cielo objetos físicos estudiados por una ciencia materialista que
analiza y clasifica sustancias y procesos físicos. Lejos se está de
espiritualizar el cosmos y ver a planetas y estrellas como seres vivos, igual
que nuestra Tierra, dotados de cuerpo y alma.
El desarrollo
del hombre como ente o principio in-dividual, desde la conciencia del
alma-grupal hasta la del si mismo y el alma in-dividual, no es una contingencia
que el hombre prefirió seguir, es parte de un proceso cósmico ya diseñado. El
yoísmo exacerbado o egoísmo es una degeneración del mismo.
En su evolución
y camino de humanar-se, convertirse en el Verbo divino, el
ser humano en su conjunto debe pasar por numerosas etapas y grados o niveles de
consciencia; nos falta recorrer un largo trecho para llegar a ser humanos en
su sentido más profundo y literal. El amor que une sin distinciones no se ha
despertado aún como característica del reino humano.
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