2/3/12

Ser humano



“Cuando el hombre logre comprender, no solamente su propio Yo, sino también el Yo ajeno, cuando comprenda cabalmente a otro ser humano en su esencia íntima, recién entonces pertenecerá al reino humano” Rudolf Steiner


¿Qué significa ser humano? El diccionario define al género humano como el conjunto de los hombres de actitud compasiva y generosa; sinónimo de bondadoso, caritativo, humanitario, filántropo, sensible, etc.; lo contrario de in-humano. Y el término humanar: hacerse hombre el Verbo divino.

En el discurso moral, y/o de conveniencia, se menciona que no se puede alcanzar la felicidad, o la completud, mientras haya otros seres que son in-felices o que tienen necesidades básicas in-satisfechas. Sin embargo son palabras vacías, abstractas, en los hechos se mantiene la íntima convicción, generalizada, de que se puede ser felíz sin que el prójimo lo sea a su vez. Es el discurso sin corazón de nuestros días. En la calle, en la vida diaria, no es difícil ver la desidia de unos contra otros y la tendencia incipiente de todos contra todos.

Para el alma del Hombre Verdadero no hay bienestar anímico posible sin el bienestar de todos los demás.

En nuestra etapa actual en conjunto estamos lejos de conocer, comprender y respetar los misterios y beneficios de la naturaleza, de los otros reinos que nos acompañan: el mineral, el vegetal y el animal. Mediante la tecnología solo aprendimos a explotarlos cada vez más, sin importar las consecuencias que implican la contaminación, la destrucción y extinción de especies.

No sabemos cómo, ni nos interesa demasiado mientras sirvan para comerlos, ni  hasta dónde algunos animales piensan y sienten; pero lo que distingue al ser humano en su evolución de los otros reinos es, en principio, la auto-conciencia y el auto-conocimiento, y como consecuencia la conciencia y el re-conocimiento de la existencia de otros seres sensibles y de otros reinos, con sus características, necesidades y sentimientos propios.

El hombre actual solo ve en el cielo objetos físicos estudiados por una ciencia materialista que analiza y clasifica sustancias y procesos físicos. Lejos se está de espiritualizar el cosmos y ver a planetas y estrellas como seres vivos, igual que nuestra Tierra, dotados de cuerpo y alma.

El desarrollo del hombre como ente o principio in-dividual, desde la conciencia del alma-grupal hasta la del si mismo y el alma in-dividual, no es una contingencia que el hombre prefirió seguir, es parte de un proceso cósmico ya diseñado. El yoísmo exacerbado o egoísmo es una degeneración del mismo.

En su evolución y camino de humanar-se, convertirse en  el Verbo divino, el ser humano en su conjunto debe pasar por numerosas etapas y grados o niveles de consciencia; nos falta recorrer un largo trecho para llegar a ser humanos en su sentido más profundo y literal. El amor que une sin distinciones no se ha despertado aún como característica del reino humano.

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