Hay quienes dicen que no hay
nada que buscar ¿Para qué buscar?, que busquen los que saben!, otros afirman
que cuánto más se busca menos se encuentra y vice-versa, pero ¿Qué es buscar? y
¿Qué busca el buscador?
Por supuesto aquí hablamos del buscador de la verdad y
¿Qué sería la verdad? ¿Un conocimiento, un concepto, una habilidad, un logro espiritual? La
verdad de la que hablamos no es un conocimiento más en el sentido intelectual, de
saber algo, es ante todo una vivencia que recorre todo nuestro ser. Una verdad es aquello que nos hace más libres.
Encontrar eso
que significa una verdad para uno en su sentido más profundo re-presenta un
antes y un después y también puede vivenciarse como un re-nacer. Por otro lado
nos da un pequeño vislumbre sobre cuantas verdades hay en la vida de este
Universo que ignoramos, que nos perdemos de experimentar y que ni siquiera podemos imaginar.
Siendo conscientes de esto podemos mirar más allá de las narices y ver que vivimos, y podemos seguir así in-definidamente, en una permanente mentira-ilusión, no solo en
esta vida y en estas circunstancias sino en vidas pasadas desde tiempos
in-memoriales.
Deja ya de tejer ilusiones en tu mente… En el camino del buscador la visión pura consiste en ver lo que es sin los condicionamientos de la mente y la memoria basados en
las impresiones-experiencias del pasado.
Y así como el músico-compositor puede, después de un
largo y dis-ciplinado esfuerzo, re-encontrarse a sí mismo en un acorde de su
instrumento, o un pintor encontrar en
una mezcla de pigmentos ese color mágico tan anhelado, su verdad, el buscador puede conmoverse y llorar hasta sentir dolor
de si al vivenciar esa profunda verdad.
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