5/2/15

El juego del buscador

¿Qué significa ganar o perder? En cuanto movimiento o actividad, todo, la vida misma, se puede ver como un juego. En principio, jugar se puede considerar un entretenimiento o pasa-tiempo, algo para di-vertirse (di-vidirse) o simplemente una actividad realizada por el placer de hacerla, sin más. Pero también hay juegos que favorecen el desarrollo de ciertas capacidades físicas, mentales y/o espirituales.

En el juego siempre hay oponentes (adversidades) , pues si no los hubiera no puede haber juego algunoAprender a jugar es aprender a compartir y a respetar las reglas del juego y a los demás participantes que no son enemigos sino otros jugadores igual que nosotros. Los problemas empiezan cuando queremos jugar solo para ganar y a veces a cualquier costo.

“En la Creación los principios aparentemente opuestos no son sino complementarios entre sí. Su aparente oposición hace que surja el juego de la Creación”. Parvathi Kumar


Los conflictos que genera la obsesión de querer ganar siempre se ven en el juego como en la vida: in-capacidad de ver y aceptar la realidad, resentimiento, in-tolerancia, odio, envidia, etc. No poder aceptar que podemos perder, que es una posibilidad real en cualquier actividad-juego, que el otro jugó mejor,  que nos equivocamos o no tenemos razón, lleva al sufrimiento del orgullo herido.

Una característica-habilidad del buen jugador es la creatividad para resolver problemas, lo que implica una cierta capacidad de dis-cernimiento e in-dependencia. Por comparación con el creativo, la falta o no desarrollo de esta cualidad hace que las personas compulsivas a ganar se sientan de manera consciente o in-consciente im-potentes, algo que el ego jamás podrá  aceptar.

En su peor aspecto, al nivel de regresión más profunda, la im-posibilidad de crear y ser in-dependiente, dueño de sí mismo, promueve la tendencia a destruir como una forma de auto-afirmación y trascendencia, si no se puede crear hay que destruir, considerando a la naturaleza y a las personas como cosas. La tendencia a la destrucción es inversamente proporcional al amor hacia los demás y todo lo que hay, y crece como un cáncer en la medida que el amor a la vida no se manifiesta.

Otra posibilidad, tal vez la más común, es la de seguir ciegamente a un líder-gurú esperando que sea él quien cree y realice las condiciones de vida y los sueños que de otra manera serían im-posibles de concretar, es decir depositar nuestro destino y nuestra libertad en manos de otro.

Mediante el auto-conocimiento y la disciplina que implican estudio, meditación y reflexión, el buscador de la verdad desarrolla una comprensión profunda de sí mismo y  por lo tanto de los demás que abre la puerta de la ecuanimidad el amor y la compasión, suelta condicionamientos y afirma su libertad interior para poder jugar-vivir en armonía con los demás, su realidad y la Vida.

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