Sin dudas una de las cosas más difíciles, y también más
gratificante y útil en la vida es conocerse a sí mismo; y no hablamos de los
deseos de la personalidad y la búsqueda exterior de la felicidad, sino de los
anhelos más profundos del alma.
Cuando la
desazón por el pasado y la melancolía se instalan en la vida, se habla mucho y
se co-incide en la importancia de soltar amarras y vivir el presente, sin
embargo son muy pocos quienes hacen el esfuerzo de trabajar seriamente los aspectos interiores para
ser siempre plenamente conscientes del aquí y ahora en cuerpo y alma. El
designio del hombre es trabajar para elevarse y no esperar ser iluminado por alguien.
Los auténticos
sentimientos surgen espontáneamente del centro de amor en el corazón, pero lo
habitual es que se experimenten emociones y deseos personales o egoicos que erróneamente
se confunden y se toman por aquellos. La profunda comprensión y los
pensamientos más nobles y elevados se manifiestan cuando llevamos la mente al centro del ser y unimos la mente con el corazón, los principios de Venus en conjunción con los de Mercurio, y entonces hay palabras que no
se pueden decir sino por alegorías para ser comprendidas
Como el deleite
y la bondad de los bellos paisajes, por cierto que hay sueños muy hermosos que
nos motivan y le dan un sentido vital a nuestra, a veces muy dura, existencia.
Pero para quien busca y ama la Sabiduría Divina en el manantial puro del alma, no
hay anhelo ni placer más noble y elevado que romper las cadenas que condicionan e impiden desarrollar y
expresar el amor, la compasión y la ternura que transforman el plomo en oro, y que
no esperan ni necesitan devolución ni re-conocimiento alguno.
Y si un día te encontraras con un ser Iniciado en el
camino del despertar, y si te contara de su vida, te hablaría desde el corazón:
Del libro de sus
días, sabrías que siempre el Hoy es su mejor día.
De sus
creencias, te diría que primero están la fe y la confianza que vencen a las montañas.
De su sabiduría,
te diría que es todo aquello que motiva y expresa su mayor alegría.
De sus sentimientos, te contaría que desde un corazón puro
se puede llegar a Dios, a Todo lo que
hay.
De sus mejores y
más claros pensamientos, te diría que son aquellos que expresan la mayor Verdad.
De sus sueños,
te hablaría de Libertad.
Si te contara,
¿lo entenderías?
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