1/4/11

Buscando palabras o lo esencial

No se ve bien sino con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos.” El Principito, Antoine de Saint-Exupéry



Por aquello  que toda definición lleva implícita una limitación,  las palabras no suelen reflejar fielmente las más intimas convicciones, muchas veces ocurre que aquello que resulta más valioso y transparente  para uno es lo más difícil de describir. Buscando palabras para intentar definir lo espiritual surgen con más fuerza estas dos: lo esencial. Y  no se puede separar lo esencial de los anhelos y sentimientos más profundos del ser  que dan un sentido trascendente a la vida

Pero ¿Qué es lo esencial de las cosas y de la vida? En el diccionario se ve como lo necesario y sinónimo de principal. A su vez necesario que es imprescindible o indispensable e inevitable, que de cualquier manera ha de ser o suceder. Por cierto que si hablamos de necesidades básicas primero están el agua, la alimentación, un refugio, la salud, la educación, etc. Pero a partir de un punto de inflexión surge el despertar de las ilusiones y empieza, como una necesidad inevitable, la evolución, que es otra cosa muy distinta que la ambición y los deseos posesivos del ego.

Así, como ejemplos, lo esencial es para muchos la pareja, los hijos, la felicidad, la estabilidad, etc.; para otros es, además,  el éxito personal y el progreso material; para algunos representa la religiosidad y/o la santidad; y hay quienes lo encuentran en ese hálito o soplo divino que impulsa al hombre a crecer interiormente, a superarse a si mismo, a elevarse y expandir la consciencia, y que constituye la piedra angular o cimiento para todo lo demás.

Es evidente que  no es lo mismo para todos, depende desde dónde y como se mire, y nadie esta equivocado de acuerdo a su propia perspectiva, grado de consciencia y libertad interior. Por eso, se puede expresar aquello que se percibe y vivencia, pero de nada sirve debatir convicciones.

Como una paradoja, partiendo del concepto de lo esencial parece que todo intento de definir lo espiritual, no es lo espiritual, no da suficiente precisión. Siguiendo este hilo de pensamiento podemos ensayar enfocarnos  en aquello que lo espiritual no es: no es in-flexible ni excluyente (cambia, evoluciona); no propone ni favorece la obsecuencia, la sumisión ni la dependencia (no impide ni limita la libertad interior); no obedece a una sola corriente, verdad o doctrina en particular; no es una teoría filosófica; no sigue un desarrollo en línea recta (es cíclico); no es lo conocido,

Y, como la palabra esencial deriva de esencia, la definición de esta ultima nos da una comprensión mas profunda del tema: “la naturaleza de una cosa, la esencia divina. La Quinta Esencia de los alquimistas o principio de transmutación. Lo más puro de una cosa”.

Entonces, ya seria oportuno describir como se manifiesta  una vida espiritual  en la práctica cotidiana: es una actitud de vida y una auto-disciplina orientadas a superar los propios condicionamientos, abrir y expandir la consciencia, a vivir con ecuanimidad y sabiduría, en equilibrio y armonía, respeto y comprensión, amor y compasión, para vivir y para morir en paz (completud) con uno mismo y con todo lo que hay.

El despertar de la consciencia es el despertar espiritual y no necesariamente es asunto de la religión, esta más allá de dogmas y  creencias. Luego  experimentar la naturaleza del si mismo y percibirse Uno con el Todo  puede darse en esta vida o después de muchas otras, no lo sabemos.  Pero sí sabemos por la investigación espiritual, que la llamada iluminación corresponde a la culminación de un ciclo de intenso trabajo, pero ni ahí es el final de la evolución que continua in-definidamente, llegando hasta alturas in-imaginables a la comprensión humana común.

Esto nos da una idea o representación de nuestro propio estado actual y del trabajo   de aquellos seres. Pero ¿acaso en la vida diaria no debemos renunciar permanentemente a ciertas cosas para lograr otras? y ¿no suele implicar esto un gran esfuerzo que a menudo se vive como sacrificio? y ¿qué es lo más valioso? La vivencia espiritual no esta alejada de la cotidiana, es siempre una elección, la mas elevada posible, basada en una mayor o menor perspectiva o consciencia.

De cualquier manera, a pesar de lo que hagamos o dejemos de hacer, las rondas o ciclos de evolución terrestres, con sus consecuencias para toda la humanidad,  no se pueden detener. Podemos elegir entrar ya en la corriente evolutiva o seguir deseando y esperando (o des-esperando) que los demás y el mundo cambien.

Para las estadísticas, el progreso espiritual de una sola persona representa un adelanto para toda la humanidad. El trabajo es individual pero el beneficio, que no se considera solo por los hechos puntuales sino por la más alta vibración que estos generan, alcanza a todos, y esto precisamente es la gran motivación para el esfuerzo que nos puede sacar de la inercia de una vida tanto centrada como indiferente al propio ego.

Esta visión explica por qué algunos seres plenos de amor y compasión trabajan tanto por realizar la iluminación, no es para si mismos ni para salvarse sino para convertirse en faro cuya luz orienta y confirma la posición y el rumbo del navegante, y también por qué estos mismos seres luego deciden volver a este mundo para continuar y completar su misión.

Si elegimos vivir con una actitud espiritual, esta se vera reflejada de alguna manera, directa o in-directa, aún sin hablar, en todos los aspectos de nuestra vida. No se trata de ir por ahí  dando razones o explicaciones, ya no hay categorías ni juicios de valor,  todo se vivencia con un sentido de lo esencial: la alimentación, la salud, el trabajo, el ocio, la familia, las relaciones, el sexo, la naturaleza, la vida, el mundo, el universo y Dios.

Una vez alcanzadas cierta madurez y confianza en uno mismo sentiremos que ya no necesitamos ser aceptados o re-conocidos,  ni intentar convencer a nadie que nuestro camino es mejor: los maestros no andan  a la caza in-discrimada de discípulos, ¿para qué necesitarían oídos que no pueden comprender y ojos que no quieren ver? Aún así, siempre estaremos dispuestos a compartir y transmitir las vivencias y la completud que hayamos obtenido, porque no podemos negar nuestra esencia.

Considerado como lo mas puro o no-contaminado, lo espiritual no se puede conocer ni expresar solo con palabras, su sentido excede cualquier concepto racional y no se puede limitar a una  creencia, pero se siente con el corazón y se vislumbra como alegría que da la sabiduría, amor incondicional, compasión, unidad y libertad para ser y elevarse hacia el más profundo vuelo.



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