7/5/14

La naturaleza humana y el des-amor II

¿Cuánto pagarías por tener una mirada que se asome dentro de tu soledad? Y ¿Cuánto desearías que por las noches una estrella fuese tuya para poder conversar? ¿Cuánto darías por que al llegar el fin del día no buscar por las esquinas una mirada de ocasión…? (Lito Nebbia).


Sería tan distinto es la propuesta-esperanza de esta poesía hecha canción llamada “Nadie es tan importante como uno cree”. En efecto en este sentido vemos por doquier personajes muy importantes en cuanto a sus conocimientos, obligaciones, trabajos, éxitos, etc., pero muchas veces comprobamos en ellos un importante vacío interior de amor para vivenciar y dar.

¿Es la ignorancia la causa del des-amor? El no saber en lo que se refiere a cultura-educación-información tal cual se entiende hoy día es en un sentido una limitación, pero no significa des-amor, se puede muy bien amar la naturaleza, la Tierra y el Cielo y a toda la Humanidad en un saber que trasciende el ego y lo contingente del mundo. Por otro lado se puede ser un gran erudito y expresar brillantes discursos sin transmitir nada que favorezca el amor, la calidez, la paz y el entendimiento entre los hombres.

Una frase hecha dice que para conocer algo hay que aprender a amarlo y también es válido que para amar algo hay que aprender a conocerlo primero. Y así si no nos conocemos a nosotros mismos no conocemos ni entendemos a los demás ni podemos amarnos ni amar a los demás, y es una forma primordial de ignorancia.

Así como la des-nutrición infantil en los dos primeros años de vida produce consecuencias irreversibles en la evolución del niño, el des-amor también produce graves consecuencias que si bien no podemos decir siempre irreversibles, es una  pesada carga muy difícil de soportar y que influye en todos los aspectos de la vida y en todos los planos del desarrollo interior del ser, afectando la salud física, mental-emocional y espiritual.

La falta de amor origina emociones y pensamientos negativos donde prevalece el miedo, miedo a crecer, a ser, a darse, a no poder expresarse y comunicar los sentimientos, pensamientos y anhelos más íntimos por temor a ser rechazado, miedo a confiar y a creer en uno mismo y en los demás, a no ser re-conocido ni valorado para finalmente sentirse separado y con una infinita tristeza en el corazón.

Ante semejante sentimiento de ser in-comprendido, no amado y aislado suelen prevalecer dos actitudes, o una combinación de ambas, frente al miedo de seguir siendo atacado: o retirarse, abstraerse del mundo por ejemplo a través de las drogas (a-dicción = no poder comunicarse), o una actitud agresiva de odio, in-diferencia, in-tolerancia, re-sentimiento y finalmente de violencia verbal, física y/o psicológica.

El miedo a vivir unido al sin-sentido y el sufrimiento de un corazón cerrado incluyen, por el mismo precio, la posibilidad del suicidio en cualquiera de sus formas, por ejemplo desarrollar una grave enfermedad. Algo para tener en cuenta seria preguntarse alguna vez: ¿Qué decir o hacer ante un potencial suicida? ¿Cuál es el primer auxilio sino el amor?

No hay recetas mágicas ni caminos infalibles, como decía un gran ser en un seminario de Sanación Crística: “Aquí no hay ningún Iluminado, todos estamos para conocernos, aprender, soltarnos y crecer, sino no estaríamos en este plano físico”. Pero hay numerosas pautas-enseñanzas vivenciadas, desarrolladas y comprobadas desde hace milenios. No se puede terminar con el sufrimiento, y el des-amor, si no se conocen sus verdaderas causas profundas (Segunda Noble Verdad del Budismo).

A pesar de las aparentes diferencias la naturaleza humana es Una y todo lo que experimenta el hombre tiene raíces inter-dependientes. Muchas de las limitaciones o carencias que vemos en los demás que tanto nos lastiman, como la in-comprensión o no sentir y/o dar amor, son también las nuestras. “Quien esté libre de pecado que arroje la primera piedra”.

La actitud  sabia, saludable y re-generadora es dejar de culpar al mundo y ver qué es aquello que sale de nosotros, hacerse cargo de las propias carencias para transformarlas en conocimiento, todo empieza por uno mismo con el tan nombrado pero nunca verdaderamente valorado ni comprendido auto-conocimiento.

No estamos solos en este viaje: "El Reino de los Cielos esta dentro nuestro". Además de los grandes seres humanos que nos brindan su amor, su compasión, su sabiduría  y su ejemplo de vida que deberíamos seguir, podemos conectar con nuestro Ser Superior y una multitud de seres espirituales, como los Ángeles y Arcángeles, todos dispuestos siempre a ayudarnos,  solo esperan de nosotros que abramos nuestra mente-corazón para recibirlos,  el primer paso es nuestro.

No hay comentarios: