¿Cuánto pagarías por tener una mirada que se asome dentro
de tu soledad? Y ¿Cuánto desearías que por las noches una estrella fuese tuya
para poder conversar? ¿Cuánto darías por que al llegar el fin del día no buscar
por las esquinas una mirada de ocasión…? (Lito Nebbia).
Sería tan
distinto es
la propuesta-esperanza de esta poesía hecha canción llamada “Nadie es tan
importante como uno cree”. En efecto en este sentido vemos por doquier personajes muy
importantes en cuanto a sus conocimientos, obligaciones, trabajos, éxitos,
etc., pero muchas veces comprobamos en ellos un importante vacío interior de
amor para vivenciar y dar.
¿Es la ignorancia la causa del des-amor? El no saber
en lo que se refiere a cultura-educación-información tal cual se entiende hoy
día es en un sentido una limitación, pero no significa des-amor, se puede muy
bien amar la naturaleza, la Tierra y el Cielo y a toda la Humanidad en un saber
que trasciende el ego y lo contingente del mundo. Por otro lado se puede ser un
gran erudito y expresar brillantes discursos sin transmitir nada que favorezca
el amor, la calidez, la paz y el entendimiento entre los hombres.
Una frase hecha dice que para conocer algo hay que
aprender a amarlo y también es válido que para amar algo hay que aprender a
conocerlo primero. Y así si no nos conocemos a nosotros mismos no conocemos ni
entendemos a los demás ni podemos amarnos ni amar a los demás, y es una forma
primordial de ignorancia.
Así como la des-nutrición infantil en los dos primeros
años de vida produce consecuencias irreversibles en la evolución del niño, el
des-amor también produce graves consecuencias que si bien no podemos decir siempre
irreversibles, es una pesada carga muy
difícil de soportar y que influye en todos los aspectos de la vida y en todos
los planos del desarrollo interior del ser, afectando la salud física, mental-emocional
y espiritual.
La falta de amor origina emociones y pensamientos negativos
donde prevalece el miedo, miedo a crecer, a ser, a darse, a no poder expresarse
y comunicar los sentimientos, pensamientos y anhelos más íntimos por temor a
ser rechazado, miedo a confiar y a creer en uno mismo y en los demás, a no ser
re-conocido ni valorado para finalmente sentirse separado y con una infinita tristeza en el corazón.
Ante semejante sentimiento de ser in-comprendido, no
amado y aislado suelen prevalecer dos actitudes, o una combinación de ambas,
frente al miedo de seguir siendo atacado:
o retirarse, abstraerse del mundo por ejemplo a través de las drogas (a-dicción = no poder comunicarse), o una actitud agresiva de odio, in-diferencia,
in-tolerancia, re-sentimiento y finalmente de violencia verbal, física y/o psicológica.
El miedo a vivir unido al sin-sentido y el sufrimiento
de un corazón cerrado incluyen, por el mismo precio, la posibilidad del
suicidio en cualquiera de sus formas, por ejemplo desarrollar una grave enfermedad.
Algo para tener en cuenta seria preguntarse alguna vez: ¿Qué decir o hacer ante
un potencial suicida? ¿Cuál es el primer auxilio sino el amor?
No hay recetas mágicas ni caminos infalibles, como decía
un gran ser en un seminario de Sanación Crística: “Aquí no hay ningún Iluminado,
todos estamos para conocernos, aprender, soltarnos y crecer, sino no estaríamos
en este plano físico”. Pero hay numerosas pautas-enseñanzas vivenciadas, desarrolladas y comprobadas
desde hace milenios. No se puede terminar con el sufrimiento, y el
des-amor, si no se conocen sus verdaderas causas profundas (Segunda Noble Verdad del
Budismo).
A pesar de las aparentes diferencias la naturaleza
humana es Una y todo lo que experimenta el hombre tiene raíces inter-dependientes.
Muchas de las limitaciones o carencias que vemos en los demás que tanto nos
lastiman, como la in-comprensión o no sentir y/o dar amor, son también las
nuestras. “Quien esté libre de pecado que arroje la primera piedra”.
La actitud sabia, saludable y re-generadora es dejar de
culpar al mundo y ver qué es aquello que sale de nosotros, hacerse cargo de las propias carencias para transformarlas en conocimiento, todo
empieza por uno mismo con el tan nombrado pero nunca verdaderamente valorado ni
comprendido auto-conocimiento.
No estamos solos en este viaje: "El Reino de los Cielos esta dentro nuestro". Además de los grandes
seres humanos que nos brindan su amor, su compasión, su sabiduría y su ejemplo de vida que deberíamos seguir, podemos
conectar con nuestro Ser Superior y una multitud de seres espirituales, como
los Ángeles y Arcángeles, todos dispuestos siempre a ayudarnos, solo esperan de nosotros que abramos nuestra
mente-corazón para recibirlos, el primer
paso es nuestro.
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